necesito consejos

Hace ya casi 2 meses que sufro de mareos y ansiedad. Me dan ganas de llorar, siento como si no fuera yo y que todo es ajeno a mi, tengo dolor de espalda y cuello muy fuerte, y sensacion como si me fuera a caer. Hasta acostado me siento mareado y la vision se me nubla, me cuesta mucho trabajo concentrarme y hasta los ruidos mas insignificantes me molestan. Llevo ya casi 2 meses sin salir de casa porque tengo miedo a que algo me pase y esto ya es a diario. He proobado con tres ejercicios de acupuntura y de relajacion y no puedo controlarlos, solo paso el tiempo acostado y no se que hacer.

8 comentarios

  • Alexa
    16-11-2012 a las 00:08

    Tienes buenos hábitos alimenticios? Los cuadros de ansiedad se pueden agravar aun más cuando tu alimentación diaria no tiene los nutrientes necesarios, asegurate de estar comiendo lo adecuado y equilibradamente. Cunjunto con una buena dieta, el ejercicio físico es fundamental para mantener cuerpo y mente sano, intenta hacerte el hábito de realizar por lo menos 30 minutos de ejercicio, eso puede liberar endorfinas en tu cerebro y ayudar mucho a tu problema. Sigue con los ejercicios de relajación. Prueba consumir Passiflora en gotas, 3 veces al día, 20 gotas app. Cuida tu 8 horas de sueño, el insomnio y el dormir mal puede también ser un factor desencadenante de tu estado. Y por favor de a poco anda incorporando estos hábitos para que te sientas mejor, y luego sal de tu casa! que el encierro te va a causar un mal peor, necesitas tomar aire, dar un paseo, respirar aire fresco!!! Por último habla con alguien acerca de lo que te pasa, conversa con amigos, habla por teléfono, rodeate de un ambiente positivo.

  • Sergio
    16-11-2012 a las 00:24

    LO HE INTENTADO Y LA VERDAD ES QUE TODOS ME DICEN QUE ESTOY LOCO Y SOLO HE RESIVIDO BURLAS GRACIAS POR EL CONSEJO LO VOY A LLEVAR ACABO Y SI HE TOMADO PASIFLORA VALERIANA MELISSA Y DEMAS RELAJANTES PERO NO ME AN DADO MUCHOS RESULTADOS Y PUES EN EL AVITO ALIMENTICIO SI SOY MUY DESORDENADO MUCHAS GRACIAS ALEXA VOY A TRATAR DE SEGUIR TU CONSEJO Y TRATAR DE MEJORAR MIS AVITOS Y ESPERO TENER MAS CONTACTO SALUDOS

  • ron
    16-11-2012 a las 18:10

    hola sergio trankilo a mi me paso igual q a ti gracias a dios ya me siento mejor las personas piensan q uno esta loco pero ellos no saben q esta sufriendo uno. en estos momentos stoy sufriendo de ansiedad por el grado de stres tan alto q tuve por una mentira q me dijeron gracias a dios y todo c arreglo y he podido salir adelante yo no podia dormir ni comer veia borroso me mareaba sudaba como frio me sentia muy debil y todo es sicologico a mi me dijeron una mentira q casi acaba con mi vidad y ahora gracias a dios he rezado mucho y le he pedido q me ayude y m va mejor mira tienes q salir a caminar hablar con personas distraerte no te puedes quedar tirado en una cama tu puedes salir adelante pidele a dios q te ayude ya has ido para algun dr ?

  • Anónimo
    16-11-2012 a las 19:30

    Gracias ron y pues si es una situacon muy dificil y he ido al doctor y solo me mandaron medicameno pero me hacen sentir peor estoy pensando en buscar ayuda psicologica muchas gracias por tu consejo y espero en dios poder salir de esto muy pronto

  • LILIANA
    25-11-2012 a las 14:37

    HOLA SERGIO, ACABO DE LEER TU COMENTARIO.COMPRENDO PERFECTAMENTE LO QUE HAS PASADO, HACE UN TIEMPO ME PASABA LO MISMO PERO POCO A POCO LO HE IDO SUPERANDO. ¿HAS CONSULTADO AL MEDICO? AUNQUE A VECES NOS NEGAMOA A HACERLO, POR EXPERIENCIA TE DIGO QUE ES NECESARIO HACERLO. ESTUVE LEYENDO SOBRE EL TEMA, Y ENCONTRE UNA REVISTA, SE LLAMA DESPERTAD! SE EDITA EN TODO EL MUNDO. EN ELLA SALIO UN ARTICULO MUY INTERESANTE, TE LO MANDO PORQUE PUEDE AYUDARTE A SOBRELLEVAR EL PROBLEMA…. Qué hacer ante los ataques de pánico Robert estaba sentado tan tranquilo en la oficina cuando sintió violentas palpitaciones. Se incorporó con la frente sudorosa y, convencido de que le estaba dando un infarto, telefoneó con voz entrecortada: “Estoy muy mal. Creo que me voy a desmayar”. ASÍ fue el primer ataque de pánico de Robert, que, tristemente, no fue el último. Le pasó igual en un restaurante, en un centro comercial y hasta en casa de unos amigos. En poco tiempo, solo estaba “seguro” en casa, lo que fue sumiéndolo en una depresión. “Llegué a pensar en suicidarme”, admite. Seis meses después, leyó en el periódico sobre los ataques de pánico y la agorafobia. Aquello le salvó la vida. ¿A qué obedece el pánico? El pánico es la reacción normal del cuerpo ante el peligro. Imagínese que está cruzando una autopista y ve que un automóvil acelera en dirección a usted. Los cambios físicos y químicos que se producen instantáneamente en su cuerpo le permiten salir corriendo y ponerse a salvo. Ahora, imagínese esa misma sensación de pánico sin razón aparente. El doctor Reid Wilson comenta: “Los ataques de pánico ocurren cuando el pánico engaña al cerebro y le hace pensar que hay peligro inminente. Así, uno está en un pasillo del supermercado, sin meterse con nadie, y ¡zas! se ilumina el botón de emergencia. ‘¡Alerta roja! ¡Preparen todos los sistemas para el combate!’”. Solo comprenden plenamente la intensidad de tales ataques quienes los han padecido. La revista American Health dice que son como “una descarga de adrenalina que pone el cuerpo entero en estado de alarma durante cinco minutos, una hora o un día, y luego se va con tanta rapidez y misterio como vino, dejándonos cansados, sin fuerzas y con miedo al próximo ataque”. Las raíces del pánico Los ataques de pánico suelen comenzar a principios de la edad adulta, y afectar a más mujeres que hombres. ¿Qué los ocasiona? No se sabe con certeza. Según algunos, una predisposición biológica: anomalías en el sistema límbico del cerebro; para muchos, es un problema hereditario; otros atribuyen estos ataques a alteraciones de la química cerebral por factores estresantes. En ciertos casos, los recuerdos de traumas —como una guerra, una violación o abusos deshonestos durante la infancia— provocan los ataques. Según un estudio, el trastorno de pánico es trece veces más frecuente entre las víctimas de incesto que en el resto de la población. Aunque los ataques de pánico y otros síndromes constituyen problemas independientes, es posible que, como escribió E. Sue Blume, sean “radios que partan de un mismo eje: el incesto”. Claro, no todos los ataques de pánico obedecen a traumas. Pero cuando ese es el caso, el doctor Wayne Kritsberg advierte que “tratar los efectos secundarios del abuso, en vez del trauma que los originó, no resolverá definitivamente el problema. Es como querer curar una pulmonía con jarabe”. ¿Hay remedio? Los ataques de pánico pueden controlarse. La terapia de exposición, que ha ayudado a muchos que vivían confinados en casa por miedo al pánico, expone al paciente a la situación que teme y le ayuda a tolerarla hasta que remite el pánico. Quienes tienen cardiopatías, asma, úlcera péptica, colitis o dolencias similares deben consultar a un médico antes de empezar este tratamiento. También se emplean técnicas de relajación para aliviar la ansiedad acumulada. Sin embargo, no espere a que le sobrevenga el ataque. Es mejor practicarlas durante los períodos de poca ansiedad. Una vez dominadas, aminoran la frecuencia de los ataques o incluso los previenen. El perfeccionismo y la falta de amor propio fomentan el pánico. “Cuando tenía ataques de ansiedad —explica un paciente— me dominaba don Negativo. Pensaba que, como tenía ansiedad, era inferior a los demás y no podía quererme nadie.” Cambiar tales actitudes puede reducir las inquietudes que conducen al pánico. Es muy útil desahogarse contándole las inquietudes a un amigo de confianza; es posible que así el paciente distinga mejor qué problemas debe soportar y cuáles puede solucionar. Tampoco ha de olvidarse la oración. El Salmo 55:22 dice: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo”. Con frecuencia, más que un solo problema grande, hay un cúmulo de problemitas, en apariencia insignificantes, que generan pánico; es como el fusible que se funde cuando se conectan demasiados aparatos al mismo circuito. Un remedio consiste en apuntar cada problema en una tarjeta y ordenarlos de menor a mayor grado de dificultad. Aborde los problemas de uno en uno. Al poner por escrito sus inquietudes las verá de otra manera: en vez de algo que temer y evitar, tendrá algo que podrá ver y solucionar. Aunque a algunos les ayudan los tranquilizantes o los antidepresivos recetados por el médico, hay que tener cautela. “Opino que la medicación no es, por sí sola, el remedio —indica Melvin Green, consejero—. Debe usarse como complemento mientras se busca la solución. [...] Los fármacos tal vez permitan llevar una vida más normal, lo que le brindará a uno la oportunidad de buscar otro tipo de ayuda para enfrentarse a las causas de la agorafobia y tratar de recuperarse.” SI QUERES EN UN PROXIMO MENSAJE TE PUEDO MANDAR ALGUNAS TECNICAS QUE SUGIERE PARA CALMARNOS EN ESOS MOMENTOS. ESPERO TE AYUDE EN ALGO Y ME GUSTARIA RECIBIR TU RESPUESTA. CARIÑOS. LILIANA HOLA SERGIO, ACABO DE LEER TU COMENTARIO.COMPRENDO PERFECTAMENTE LO QUE HAS PASADO, HACE UN TIEMPO ME PASABA LO MISMO PERO POCO A POCO LO HE IDO SUPERANDO. ¿HAS CONSULTADO AL MEDICO? AUNQUE A VECES NOS NEGAMOA A HACERLO, POR EXPERIENCIA TE DIGO QUE ES NECESARIO HACERLO. ESTUVE LEYENDO SOBRE EL TEMA, Y ENCONTRE UNA REVISTA, SE LLAMA DESPERTAD! SE EDITA EN TODO EL MUNDO. EN ELLA SALIO UN ARTICULO MUY INTERESANTE, TE LO MANDO PORQUE PUEDE AYUDARTE A SOBRELLEVAR EL PROBLEMA…. Qué hacer ante los ataques de pánico Robert estaba sentado tan tranquilo en la oficina cuando sintió violentas palpitaciones. Se incorporó con la frente sudorosa y, convencido de que le estaba dando un infarto, telefoneó con voz entrecortada: “Estoy muy mal. Creo que me voy a desmayar”. ASÍ fue el primer ataque de pánico de Robert, que, tristemente, no fue el último. Le pasó igual en un restaurante, en un centro comercial y hasta en casa de unos amigos. En poco tiempo, solo estaba “seguro” en casa, lo que fue sumiéndolo en una depresión. “Llegué a pensar en suicidarme”, admite. Seis meses después, leyó en el periódico sobre los ataques de pánico y la agorafobia. Aquello le salvó la vida. ¿A qué obedece el pánico? El pánico es la reacción normal del cuerpo ante el peligro. Imagínese que está cruzando una autopista y ve que un automóvil acelera en dirección a usted. Los cambios físicos y químicos que se producen instantáneamente en su cuerpo le permiten salir corriendo y ponerse a salvo. Ahora, imagínese esa misma sensación de pánico sin razón aparente. El doctor Reid Wilson comenta: “Los ataques de pánico ocurren cuando el pánico engaña al cerebro y le hace pensar que hay peligro inminente. Así, uno está en un pasillo del supermercado, sin meterse con nadie, y ¡zas! se ilumina el botón de emergencia. ‘¡Alerta roja! ¡Preparen todos los sistemas para el combate!’”. Solo comprenden plenamente la intensidad de tales ataques quienes los han padecido. La revista American Health dice que son como “una descarga de adrenalina que pone el cuerpo entero en estado de alarma durante cinco minutos, una hora o un día, y luego se va con tanta rapidez y misterio como vino, dejándonos cansados, sin fuerzas y con miedo al próximo ataque”. Las raíces del pánico Los ataques de pánico suelen comenzar a principios de la edad adulta, y afectar a más mujeres que hombres. ¿Qué los ocasiona? No se sabe con certeza. Según algunos, una predisposición biológica: anomalías en el sistema límbico del cerebro; para muchos, es un problema hereditario; otros atribuyen estos ataques a alteraciones de la química cerebral por factores estresantes. En ciertos casos, los recuerdos de traumas —como una guerra, una violación o abusos deshonestos durante la infancia— provocan los ataques. Según un estudio, el trastorno de pánico es trece veces más frecuente entre las víctimas de incesto que en el resto de la población. Aunque los ataques de pánico y otros síndromes constituyen problemas independientes, es posible que, como escribió E. Sue Blume, sean “radios que partan de un mismo eje: el incesto”. Claro, no todos los ataques de pánico obedecen a traumas. Pero cuando ese es el caso, el doctor Wayne Kritsberg advierte que “tratar los efectos secundarios del abuso, en vez del trauma que los originó, no resolverá definitivamente el problema. Es como querer curar una pulmonía con jarabe”. ¿Hay remedio? Los ataques de pánico pueden controlarse. La terapia de exposición, que ha ayudado a muchos que vivían confinados en casa por miedo al pánico, expone al paciente a la situación que teme y le ayuda a tolerarla hasta que remite el pánico. Quienes tienen cardiopatías, asma, úlcera péptica, colitis o dolencias similares deben consultar a un médico antes de empezar este tratamiento. También se emplean técnicas de relajación para aliviar la ansiedad acumulada. Sin embargo, no espere a que le sobrevenga el ataque. Es mejor practicarlas durante los períodos de poca ansiedad. Una vez dominadas, aminoran la frecuencia de los ataques o incluso los previenen. El perfeccionismo y la falta de amor propio fomentan el pánico. “Cuando tenía ataques de ansiedad —explica un paciente— me dominaba don Negativo. Pensaba que, como tenía ansiedad, era inferior a los demás y no podía quererme nadie.” Cambiar tales actitudes puede reducir las inquietudes que conducen al pánico. Es muy útil desahogarse contándole las inquietudes a un amigo de confianza; es posible que así el paciente distinga mejor qué problemas debe soportar y cuáles puede solucionar. Tampoco ha de olvidarse la oración. El Salmo 55:22 dice: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo”. Con frecuencia, más que un solo problema grande, hay un cúmulo de problemitas, en apariencia insignificantes, que generan pánico; es como el fusible que se funde cuando se conectan demasiados aparatos al mismo circuito. Un remedio consiste en apuntar cada problema en una tarjeta y ordenarlos de menor a mayor grado de dificultad. Aborde los problemas de uno en uno. Al poner por escrito sus inquietudes las verá de otra manera: en vez de algo que temer y evitar, tendrá algo que podrá ver y solucionar. Aunque a algunos les ayudan los tranquilizantes o los antidepresivos recetados por el médico, hay que tener cautela. “Opino que la medicación no es, por sí sola, el remedio —indica Melvin Green, consejero—. Debe usarse como complemento mientras se busca la solución. [...] Los fármacos tal vez permitan llevar una vida más normal, lo que le brindará a uno la oportunidad de buscar otro tipo de ayuda para enfrentarse a las causas de la agorafobia y tratar de recuperarse.” SI QUERES EN UN PROXIMO MENSAJE TE PUEDO MANDAR ALGUNAS TECNICAS QUE SUGIERE PARA CALMARNOS EN ESOS MOMENTOS. (G 8/6/96) ESPERO TE AYUDE EN ALGO Y ME GUSTARIA RECIBIR TU RESPUESTA. CARIÑOS. LILIANA

  • Anónimo
    27-11-2012 a las 15:19

    GRACIAS LILIANA Y SI HE IDO AL DOCTOR Y SOLO ME MANDARON VITAMINAS Y ANSIOLITICOS PERO NO ME SON DE GRAN AYUDAY SI ME ENCANTARIA QUE ME MANDARAS ALGUNAS TECNICAS POR QE HE IDO A LA ACUPUNTURA Y SI ME HA AYUDADO UN POCO TE DEJO MI CORREO ELECTRONICO ES rockoaax_@hotmail.com Y EN EL FACE ME ENCUENTRAS COMO Rocko Wan Kenovi bueno espero tu respuesta y muchas gracias :3

  • LILIANA
    27-11-2012 a las 19:05

    Hola, que bueno recibir tu respuesta, gracias. Asi que fuiste al medico?? Es necesario hacerlo, aunque lleva tiempo hasta que el tratamiento empieza a hacer efecto. Tal vez podrioas hacer consulta a algun otro especialista. Como te decia, tambien pasé por lo mismo, asi que hay que armarse de paciencia. Me alegra que la info que te mande te haya sido útil, a mi me ayudó. Te comentaba que en el articulo de la revista tambien analiza algunas tecnicas calmantes para poner en practica ante un ataque de pánico. Te las mando: Técnicas calmantes 1- Calmar la respiración: Los ataques de pánico suelen ir acompañados de hiperventilación. A fin de relajar la respiración, pruebe este ejercicio: recuéstese sobre el estómago, cuente hasta seis mientras inhala y de nuevo mientras exhala. A continuación, realice sentado la misma respiración profunda y luego de pie. Respire profundamente con el diafragma y practique hasta hacerlo de forma natural. A algunos les va bien imaginar un entorno hermoso cuando realizan este ejercicio. 2-Calmar el pensamiento.:‘¿Y si me desplomo?’ ‘¿Y si no hay nadie que pueda ayudarme?’ ‘¿Y si se me para el corazón?’ Las ideas catastrofistas estimulan el pánico. Dado que estas ideas suelen referirse a desastres futuros o ataques pasados, trate de concentrarse en la situación actual. “Concentrarse en lo inmediato calma instantáneamente”, señala el doctor Alan Goldstein. Hay quien recomienda llevar una goma elástica en la muñeca. Cuando se le ocurran ideas catastrofistas, dése un gomazo y dígase: “¡Alto!”. Interrumpa la ansiedad antes de que pueda degenerar en pánico. 3-Calmar las reacciones: Si le sobreviene el pánico, no luche con él. Es solo una sensación, y las sensaciones no tienen por qué hacerle daño. Imagínese que está junto al mar contemplando las olas, que se forman, alcanzan su altura máxima y se extinguen. El pánico actúa igual. En vez de luchar con la ola, deslícese sobre ella; de seguro pasará. Cuando haya acabado, no dramatice ni pretenda analizar todo lo sucedido. Ya pasó, igual que una serie de estornudos o una jaqueca. El pánico es un bravucón. Provóquelo y le atacará; déjelo tranquilo y posiblemente se irá. El doctor R. Reid Wilson explica que las técnicas calmantes “no pretenden ‘combatir’ mejor el pánico ni ‘disiparlo’ en el acto; deben verse como maneras de pasar el tiempo cuando el pánico trata de pelear con uno”. Bueno Sergio, espero esto te ayude, estamos en contacto para seguir compartiendo este tema y saber cómo vas superándolo. Cariños. Liliana

  • Anónimo
    29-11-2012 a las 05:41

    hola muchas gracias por los ejercicios y pues he podido controlar mas la anciedad y ahora me da una tipo angustia y ganas de llorar y me han dado unas manias umn poco raras no se si eso sea normal cuando me entra mucho el mareo me pongo mi playera sobre la cabeza pero lo hago muy constantemente y no se si eso sea normal y acudi a un psicologo pero al igual que los medicos solo me mando medicamento saludos Liliana :3

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